Cuatro años (30 de agosto, 2004)



Creo que fue el último día que vi a Levrero (al menos en esta vida), en su casa, durante una visita mía desde México. O quizás no: sé que la última vez que lo vi canté "Volver" desde el ascensor, poniendo cara de Gardel (ya que él opinaba que nos parecíamos... ¡no sé cómo compaginaba eso con el hecho de ser "la mujer más bella del mundo", es para preocuparse!), y por eso, dudo que hiciera tal payasada que sólo él entendería con tanta gente presente. Llegamos del Mercado del Puerto y el Bacacay con varios alumnos del taller virtual que ansiaban conocerlo; con todos ellos, era el primer día que nos veíamos en persona y de ahí salieron amistades duraderas (el famoso Primer Congreso Offline de Letras Virtuales, juas!). No sé cómo aceptó recibirlos, pero fue un momento increíble; además, nos puso a escribir. Incluso estaba Chepsy, que había venido de La Coruña y era toda una institución del taller. Memorable.

La foto es malísima, claro, pero me recuerda más el apartamento, el "museíto" a la entrada (se ve atrás), la virgen sobre la puerta, el ascensor.

A tu salud, Master! "Volver" quiere decir que hay que reencarnar para encontrarse nuevamente en otra vida...

Comentarios

VESNA KOSTELIĆ dijo…
Muy lindos estos retazos de Levrero, sos generosa. Me hubiera gustado conocerlo. Para los que llegamos tarde a su vida, esto es un regalo.
Igual, ahí estuvo la copa levantada en su nombre, en la soledad de la madrugada.
Fernanda Trías dijo…
Querida Ginebra:

Muchas cosas muy levrerianas: el buzo celeste agujereado, la taza dada vuelta, la vitrina...

La última vez que viniste de México, no fue cuando nos cruzamos brevemente en su casa?

Beso, f
Anónimo dijo…
¿La vitrina! ¡Ese es *el museíto*! (bueno, yo le decía así...)

Tenés razón, en 2003 nos vimos face to face contigo en su casa por primera vez. Recuerdo que salimos todos juntos de su casa, Pablo, Levrero, vos y yo, y nos paramos afuera de una parrillada ahí en Bartolomé Mitre donde estaba Guzmán y una pareja de cuñados míos. Me quedó grabado el reflejo de todos en el vidrio del restaurant; Guzmán salió y lo saludó.
Sí, fueron las últimas veces...
También aquel día me puteó porque me había puesto "base" en la cara, ja ja!
Besos, gracias por la visita, por acá y por la memoria
G.
PD: Mañana paso por tu blog, ayer y hoy: verdaderos rounds de taller presencial!